lunes, 12 de septiembre de 2011
Me hubiera gustado.
Me hubiera gustado contarte que ando deambulando por ahí sin sentido alguno tratando de encontrar lo que ya no busco. Hablarte de las horas sin sentido que se mezclan con las nubes para hacer más nítido tu recuerdo o de lo efímero que resulta la alegría de oir tu voz através del teléfono. Hubiera preferido enviarte mi corazón y no las camisas que caen como trapos derrotados en sus mil y un intentos fallidos de calmar el frío que se cala en los huesos y te hace tiritar, y que por desgracia, no cesa. Decirte que el olor de tu ropa no se va ni lavándolas cien veces e imposibilita la idea de olvidar que existes, que todo sigue tal y como lo dejaste. Hubiera querido contarte que las madrugadas me las paso ahuyentando fantasmas que se pasean por casa como si nada, imitando tu risa y para colmo, no se les dá nada mal eso de imitar. Decirte que los relojes andan rotos pues los mínutos pasan como idiotas cuentagotas y hacen más insoportable la espera y que las paredes de la habitación desprenden gritos ensordecedores de dolor, ausencia y perdidas. Me hubiera gustado contarte que las fotos se han desteñido y han perdido todo su color, que ahora no son más que papeles sujetados por chinchetas que incitan a cerrar los ojos y perderte en el pasado. Hablarte, por ejemplo, de la tediosa rutina de tachar en el calendario los días que faltan para volver a verte...
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sonrisas