Créeme cuando te digo que yo no solía ser así. Sí era agradable, pero no tan socialmente y empalagosamente repugnante. Porque es eso en lo que me convierto, en una persona repugnantemente encantadora. Para ello sólo me basta una cosa. Tú.
Es escandaloso, pero, sin embargo, me atrae y sigo a cada término, respondo perfectamente, sé en que pensar, pienso en qué decir, digo lo que pienso, y creo que te quiero.
Me es muy difícil de asimilar, tal declaración ha provocado una enorme lucha a nivel emocional en mí.
¿Y sabes qué?, tú eres ese conflicto interior, siéntete culpable, pero no te preocupes, me tienes a mí para sostenerte, para que te apoyes mientras cargas con semejante culpa.
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